Una editorial para comértela.
Porque sabe reírse.
Crecer es engordar las dudas. Nos han enseñado a esconderlas, eso es lo adulto: la oscuridad de un armario cerrado, el paso sólido de una bestia ciega. Y la maternidad es ese jardín bien cuidado del que no se pueden arrancar flores. Pero lo valiente es hacer las preguntas aunque no sepamos responderlas, aunque estén llenas de palabras que no sabemos usar —todavía—. Por eso los poemas de Isabel García Mellado son valientes y una prueba de que la madurez y, sobre todo, la maternidad son territorios fértiles pero a veces inhóspitos, arenas movedizas y también selvas de juego y risa. Pero, además, los poemas son un legado que algún día Vega leerá para aprender que no está sola en sus dudas y en sus temores, que puede combatirlos en voz alta.
